segunda cuaterna

Aridez

Hay una aridez extensa que se atraviesa caminando

cáscaras vacías de los ensueños y creencias

transición que incita al pasado o que espanta con lo que viene
un espacio insostenible, una belleza prometida

Pesan los recuerdos y contenidos

es la ilusión total, hay apegos, cargas y significados

los veo, mientras viajo en una cápsula.

Encontrarás fantasmas, enfrentarás locura, me dijo entonces.

Mejor no lo hagas, repitió advirtiéndome,

¿y volver atrás, a lo de siempre? respondí ingenuamente.

Es verdad, entonces adelante, dijo traspasando mi mirada.

El viento se arremolina,

mis pasos van levantando el polvo de mis actos

vanamente busco aquietar lo inestable

sólo puedo observar, ya no es igual

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Crisol

El calor lleva el crisol a su punto

La escoria flota con su ilusorio contenido

Debajo el metal líquido burbujea vivo

Sutiles cristales apartan lo superfluo

Se devela una dorada sustancia

El bronce brilla transparente 

Vuelco entonces la colada hacia lo alto

Hasta llenar la cúspide de manera plena

El cuerpo se estremece livianamente

Inundado por una lucidez y tono sereno

Luego a medida que se enfría

Todo se desvanece muy lentamente

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Amanecer

No es ni brusca, ni repentina,

sino gradual y creciente

la llegada de la luz a un nuevo día.

No hay línea divisoria

sino transición 

leve,

inasible

y al mismo tiempo esperanzadora.

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Reconocimiento

Hay certezas que son reconocimiento.

¿Cómo puede reconocerse algo si lo que se experimenta es nuevo?

Viajo en la incertidumbre de un mar calmo,

inmerso en la neblina, con zonas que se abren.

Cada cierto tiempo surgen registros-experiencias

como témpanos profundos de cristal,

son certezas desconocidas.

Y así como surgen,

desaparecen en la quietud del silencio.

Me resisto,

lo que se ve no es con los ojos.

Los ojos no ven, solo la neblina y la mudez del océano.

Hay una mirada que devela lo desconocido

es un registro que lo reconoce

y le da certeza.

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Caminando

Avanzar, permanecer o retroceder

Como reconocer la ilusión

Volver tiene el encanto que identifica

sin embargo se registra como cáscara

Mantenerse en la explanada vacía, trae el deseo

de adornarla improvisadamente.

Avanzar tiene la incertidumbre y el temor.

Los tiempos se funden en el presente

Cualquier movimiento es desafortunado

uno al menos inestable.

Los apegos rondan cercanos

Hay una invisible línea trazadora

Camino

Camino indiferente

Sigo caminando

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Sueño 2

Ahí estaba,

resaltando sobre la oscuridad de la noche

la luna

con su negrura total.

Solo esa delgada pestaña áurea

que se curvaba en un hilo fino

con tres destellos fijos

brillantes, dorados

que hacían adivinar

la intensidad oculta

de la luz.

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Episodio

¿Será así?

La silenciosa batalla después de abandonar el cuerpo,

ahí donde bailan las cargas y las aspiraciones.

Surge ese contenido fuerte, el gran disgusto que lo revolvió todo,

irrumpe con inusitada fuerza y toma posesión.

Olvido todo, solo soy un enorme disgusto

que se sazona con otros recuerdos secundarios, agotándome.

Una vez más caigo en cuenta y luego otra vez olvido.

Retomo con más intención y los lazos se atenúan hasta desaparecer.

¿Será así la balanza final de la existencia?

¿Tan difícil es el ascenso?

Reconforta ejercitar la frágil intencionalidad.

Asusta la fuerza alucinatoria de las imágenes

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 Expansión en retro

Silencio de sensaciones puras.

El espacio interno se abre repentinamente

en una explosión inextinguible.

desplegando colores en brillante multiplicidad,

sobre un firmamento inesperado.

Ahí llegué, encaramándome sobre una delgada plataforma,

levantándome, miré en todas direcciones como por primera vez.

El infinito se adivinaba en la profundidad de la noche.

Momentos antes, fui transportado, elevado por una ola

de cualidad desconocida, de hondura insondable,

convertida en un líquido vivo, como el gas cuando se licua.

El cuerpo era distinto,

y lo que quedaba de mí era un mero observador,

casi sin registro habitual, solo la energía en ascenso,

ni siquiera experimentaba asombro,

como si le sucediera a otro.

Y todo esto tiene un inexplicable origen,

en la mixtión de la oscuridad y la luz, mitad y mitad.

Qué potencia enorme se esconde en uno y en otro mundo.

En la ferocidad brutal, ímpetu y maravillosa pasión,

del gigantesco demonio que habita la profundidad oscura.

En la sutileza extrema, suavidad y leve transparencia de ella,

ligera fuerza poderosa de la luz …

…luz que encandila y enceguece los ojos, para abrir otra mirada.

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Día a día

Cada día una travesía diferente

Dubitativo o con certeza

Con ilusiones y desapegos

Recorro el camino

Ejercitando, amaestrando, debilitando y fortaleciendo

A veces con dificultad en el ascenso

Otras, conmocionado por inusuales significados

Viajo cada día

Camino la realidad que surge,

se abre adelante y se cierra atrás

Mientras lo que veo se esfuma a mi alrededor

Se escurren hacia el olvido los descubrimientos

Lo que se experimenta en la profundidad,

se desvanece.

Cómo guardar testimonio si no queda nada

Sólo volutas de aire que bailan risueñas

en el viaje sumergido de los sueños

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Inexistente

“Eso” se abre, se expande,

mientras se esfuman los límites.

Ya no hay fronteras conocidas, el cuerpo desaparece.

Un leve espanto es lo último que se recuerda,

luego la profundidad de las sensaciones nuevas.

Todo es innombrable, impalpable, inimaginable

en un instante sensación-visión, congelado…

que no se entiende, que espanta,

aterra con su imposible existencia.

No hay límites o al menos no obedecen las leyes conocidas

las sensaciones, dan paso a un vacío encriptado.

Ahí,

señalo la nada,

ahí sucedió…

No sé si volver allá sea adecuado…

¿podré regresar o me tragará para siempre?

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Desierto

Hace algunos días

una sensación vacía creciente lo invade todo,

aridez como la muerte, cáscaras secas.

En mi mente un desencantado aviso declara desierto el concurso.

Extensión enorme, vacuidad, insipidez,

la insignificancia de todo lo que se hace o no se hace

como si uno no estuviera, no hubiera nada, ni nadie.

Enorme desolación de un mar abierto, calmo,

acompañado por una neblina desconcertante.

Atiendo,

La neblina se aparta, 

El vacío busca llenarse con temores de inexistentes fantasmas, 

traen a mi memoria  imaginados naufragios,

recopilación biográfica de lo fatídico y de lo inexorable.

…No me importa.

No hay nada ahí, tampoco aquí,

miro con los ojos vacíos, ausente.

No hay estímulo que impresione mi emoción deshabitada,

Te miro... y qué,

observo lo bello y lo grotesco...  me da lo mismo,

ni frío, ni caliente, ni doloroso ni placentero,

fantasía inexistente que está ahí, allá.

Vacío

atiendo indiferente,

me mantengo en el presente.

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A la deriva

Llevo lo que parece

una inmensidad de años

en el océano de aguas quietas.

La nada recrea burbujas de diferentes tamaños

trasladando a la superficie ocultos contenidos,

explotan estremeciendo la pálida quietud.

Memoria… cómo puedes traerme tantas cosas

detalles deliberadamente olvidados

situaciones abandonadas en el camino.

Y mientras los días se suceden

en la oscilación leve del horizonte

entre cimas y hondonadas

a la deriva sin vientos ni brisas

lo único que me mantiene

es la creencia de que una silenciosa correntada 

pueda llevarme a destino.

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Qué es eso

Sucede intermitente

a lo largo de los días.

Qué es eso que ocurre

produciendo una amplitud desconocida,

esa poco habitual lucidez,

sorprendente aptitud relacional.

Todo muy discreto,

sin producir ningún sobresalto.

Una serenidad, sabiduría,

capacidad disponible desde siempre,

y hasta ahora sin uso alguno.

Luego todo se sumerge

en el olvido de lo cotidiano

como si nunca hubiera sucedido.

Si embargo

recupera lo experimentado

en la siguiente lucidez.

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Espacio abierto

Como explicar

la liviandad de este espacio,

si al intentar compararlo

con el aire

que se supone ligero,

experimento su pesadez.

No lo atrapes

deja que te tome

que te transporte

sin intentar comprender nada.

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La fiesta

Todo,

todo lo que se quiso ocultar;

lo que no se pudo integrar o asumir,

ha vuelto hoy.

Todos,

todos los mecanismos, las volteretas mentales,

las dobles intenciones,

han regresado para mostrarse.

Vienen a trasmutar el sabor amargo del olvido.

Es la fiesta de los reencuentros,

la fiesta de mirar a los ojos,

sin reservas ni consideraciones.

La respiración oscila apretada y calma,

las vísceras profundas fluctúan tensas y liberadas,

entre la respuesta habitual y una nueva mirada.

El péndulo de entonces ya no lo es.

La huida conocida, ya no es más.

Salen a flote los contenidos,

dolores entumecidos del corazón.

Es la resurrección de los muertos.

Testigos que no descansaban en paz,

vuelan ahora, sin ataduras, a su etérea sepultura.

Errores que se reparan,

limpiando la tierra adherida en sus heridas,

liberando el sufrimiento de los más ocultos olvidos.

Surge el alivio,

se recupera la memoria perdida.

Entonces

de los más profundos pozos.

fluye la energía

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Fiel compañía

Camina a mi lado desde hace un tiempo,

cierta lucidez, acompañándome.

He comenzado a observarla,

se manifiesta liviana y calma.

Es una serenidad que eleva,

aleja de los apegos

y acerca a los seres.

Se desplaza al costado como perro fiel,

sin ánimo de interrumpir, ni menos pontificar.

No conversa, pero su silencio me habla,

como un soplo imperceptible,

Camino por las calles,

muchas veces sumergido,

entonces me mira de reojo, deshaciendo el olvido.

Ahí vamos… ella lucidez y yo su compañía.

Amistad nueva, etérea, risueña,

ella de bajo perfil,

yo simplemente a su lado.

… ¿cómo todo puede ser tan diferente?.

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Dragón

No hay certeza, no hay.

No hay consuelo.

No hay momento a perder.

Todo resuena con tambores profundos,

masas informes insinuantes que se mueven,

explosión luminosa de aspiraciones impalpables,

mezcla extraña, inmanejable.

Hay algo que se mueve por si mismo, por su propia dinámica.

puede hacer explotar aquello que lo contiene.

La frágil intención intenta poner riendas

a lo desconocido.

Entonces irrumpe la visión en medio de un mar agitado.

Cabalgo sobre el rugido de la bestia,

Arriba y descenso, abajo y ascenso.

Eso, se sumerge en las profundidades informes de la nada.

Eso, se eleva develando el firmamento despejado.

Abran paso al jinete tembloroso,

intenta sujetar las riendas,

más bien se sujeta a sí mismo,

a horcajadas de un poderoso dragón.

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Los 40 días y sus largas noches

Luego de caminar muchos días

por un neutro y desesperante desierto,

a punto de quedar definitivamente botado

en la amplitud de la incertidumbre y el desánimo,

una mañana

todo comenzó diferente.

Uno no sabe qué es lo que cambia,

simplemente se siente el frescor de un nuevo día

que te despierta,

una renovada energía,

la vida circula con intensidad y sentido

meciendo suavemente al cuerpo

Todo fluye como diseñado por un plan desde siempre,

como debiera ser, sin tener idea de ello,

nada te aparta, no hay resistencia, no se deslizan impedimentos.

Liviandad radiante que lo inunda todo,

conmocionante.