Todo es real ... o ilusorio

todo puede ser o no ser,

según sea cómo uno se emplace.




Aquí,

en la intimidad del silencio,

frente al infinito

uno se juega la eternidad completa .
..






domingo, 11 de diciembre de 2011

6.- El Deleite en la experiencia del Silencio

Síntesis, resumen y algunos extractos
“El Deleite en la experiencia del Silencio”.
Jano Arrechea
Centro de Estudios. Parques de Estudio y Reflexión­ La Reja


Síntesis.
Es posible emprender un recorrido hacia la búsqueda de un Silencio completo.
Primero logrando reducir los impulsos que llegan desde los sentidos externos e internos, luego haciendo presente el Propósito, después logrando silenciar las representaciones de memoria y aquietando el accionar de la conciencia y por último, desplazando el punto de mira “hacia atrás y hacia arriba” en el espacio de representación.
Y es en esta singular situación de profundización y Silencio, cuando habitualmente se producen comprensiones esenciales y se viven “emociones superiores”.
En general, estas comprensiones esenciales están relacionadas con la revelación del Sentido.
A las “emociones superiores”, en nuestro caso las describimos al salir de ese estado y al rearticularse y recomponerse el Yo, con traducciones del tipo de: “fuimos invadidos por la fragancia del Deleite”, o “vivimos la magia de un Gozo sublime“.
Es destacable observar que, al lograrse la intuición directa o la entrada lo Profundo, se produce un impacto notable en la propia vida y este impacto comienza a desarticular los significados y las viejas creencias que provienen del paisaje de formación.
El intento de evitar la contradicción y acumular actos de unidad fortalece la dirección de nuestro Estilo de vida y este fortalecimiento nos impulsa en el sentido de la Ascesis.


Resumen
El interés de este aporte es describir algunos aspectos de la experiencia lograda en el trabajo de Ascesis, enfocando en particular el registro de Silencio como indicador y además, las características de un particular estado que se presenta cuando ese registro se ha hecho profundo.
En el encuadre de este aporte: ¿a qué llamamos “Deleite”? Llamamos “Deleite” a una “experiencia” que se da en un particular estado “…que podemos tipificar como Éxtasis o sea, situaciones mentales en que el sujeto queda absorto, deslumbrado dentro de sí y suspendido”.
Por otro lado, ¿a qué llamamos “Silencio”? Llamamos “Silencio”, a una singular situación interna que se va generando en la medida que vamos produciendo una progresiva supresión de “ruidos”.
Viéndolo más en estática, nos referimos a un estado que se caracteriza principalmente por la inexistencia de “ruidos”.
Reduciendo aún más la definición, llamamos Silencio a “esa nada existente entre dos ruidos”.
¿A qué llamamos “ruido”? Llamamos “ruido” a todo impulso que interfiere en el proceso que emprendemos en la búsqueda de un Silencio completo.
Estos “ruidos” que interfieren en nuestro intento, pueden manifestarse de modo presente o copresente , y provenir de la percepción, o de la sensación, o de memoria, o de conciencia, tales como las cadenas asociativas, las representaciones, las abstracciones, las sensaciones, los recuerdos, las reminiscencias, etc.
Tanto los “ruidos” como los “silencios” se pueden manifestar con distinta intensidad, con distinta duración y también, en distintas profundidades de nuestro espacio de representación
Es posible emprender un recorrido hacia la búsqueda de un Silencio completo. Primero logrando reducir los impulsos que llegan desde los sentidos externos e internos, luego haciendo presente el Propósito, después logrando silenciar las representaciones de memoria y aquietando el accionar de la conciencia y por último, desplazando el punto de mira “hacia atrás y hacia arriba” en el espacio de representación.
Al completar este recorrido, ha irrumpido ante nosotros una nueva realidad interior.
Porque la falta de impulsos cenestésicos y de memoria, hace tambalear la ilusoria y determinista identidad del Yo.
Y es en esta singular situación de profundización y Silencio, cuando habitualmente se producen comprensiones esenciales y se viven “emociones superiores”.
En general, estas comprensiones esenciales están relacionadas con la revelación del Sentido.
A las “emociones superiores”, en nuestro caso las describimos al salir de ese estado y al rearticularse y recomponerse el Yo, con traducciones del tipo de: “fuimos invadidos por la fragancia del Deleite”, o “vivimos la magia de un Gozo sublime”.
Pero a pesar de la belleza que se vive en esa situación interna, es necesario dar un paso más en la escalada ascendente. Necesitamos silenciarnos total y absolutamente.

Ese Uno, que aún algo contempla, queda inmóvil y deslumbrado ante la profundidad del Silencio.

Ese Uno vive en la belleza y en el deleite, pero es necesario que pierda ese alimento y se esfume.

Es en ese Vacío donde irrumpe el Propósito para guiar el recorrido, que ya ha dejado de ser un recorrido.

Por otro lado, es destacable observar que, al lograrse la intuición directa o la entrada a lo Profundo, se produce un impacto notable en la propia vida y este impacto comienza a desarticular los significados y las viejas creencias que provienen del paisaje de formación.
Los nuevos significados, que se van configurando como el núcleo de un nuevo paisaje, aparecen a veces tímidamente, como breves atisbos o insinuaciones y en otras ocasiones se expresan de modo terminante, como un “vuelco” definitivo en el modo de apresar o ponderar un objeto.
El intento de evitar la contradicción y acumular actos de unidad fortalece la dirección de nuestro Estilo de vida y este fortalecimiento nos impulsa en el sentido de la Ascesis.

Al estar este trabajo centrado básicamente como un “relato de experiencia”, entendemos que no planteamos en él ninguna hipótesis que requiera ser fundamentada o demostrada.


Extractos de algunos capítulos
 

Cap. 6­  El Deleite en la experiencia del Silencio.

Cuando nos vamos del mundo y la memoria descansa,
cuando la conciencia detiene su latido y ya no somos nada, el deleite surge, nítido y sorprendente y su bella fragancia invade el interior".

Cuando hemos podido realizar el recorrido anterior, primero logrando reducir los impulsos que llegan desde los sentidos externos e internos, luego haciendo presente el Propósito, después logrando silenciar las representaciones de memoria y aquietando el accionar de la conciencia y por último, hemos podido desplazar el punto de mira “hacia atrás y hacia arriba” en el espacio de representación, ha irrumpido ante nosotros una nueva realidad interior.
Porque nos encontramos ante una situación muy extraordinaria, al acceder a un ámbito donde todo el movimiento psíquico se ha aquietado y silenciado.
Nos encontramos ante un espacio “sin ideación ni reflexión”, en un ámbito donde no se vislumbran actos ni representaciones.
En esta particular situación interna y al no registrarse ningún movimiento psíquico, notamos que el tiempo se ha detenido, o mejor expresado, notamos la ausencia del registro de ese fenómeno.
Además, nos ha sorprendido que esta quietud profunda que experimentamos se sostenga por sí sola, sin ningún esfuerzo, se sostenga “en sí “.
En este ámbito, también el Yo sufre una feliz transformación. Porque este Yo va quedando muy debilitado y se empieza a desestructurar, porque va perdiendo su “ropaje biográfico”, al dejar de recibir impulsos de memoria y al alejarse de él la copresencia del registro del propio cuerpo.
Esta falta de impulsos cenestésicos y de memoria, hace tambalear la ilusoria y determinista identidad del Yo.
Entonces, con esta transformación el Yo queda reducido a Uno, a un “sí mismo” impersonal y esencial.
Y es en esta singular situación interna y a partir de todas estas transformaciones, cuando habitualmente se producen comprensiones esenciales y se viven “emociones superiores”.
En general, estas comprensiones esenciales están relacionadas con la revelación del Sentido.
Y esta singular situación nos refiere una vez más a la enseñanza de Silo, cuando expresó: “La real sabiduría está en el fondo de tu conciencia…”, ya no como metáfora, sino como descripción literal y ajustada de aquello que se revela en estos espacios.
Estas revelaciones suelen tener distintas características, yendo desde atisbos de comprensión e intuiciones, a comprensiones más profundas que generan nuevos significados en temas centrales de la vida, y en otras ocasiones, a contactos con lo trascendental que se revelan con gran intensidad e impacto.

En este sentido y como ejemplo de intensidad e impacto, nos viene desde la memoria aquello de “Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas cuando la revelación interna hiere como el rayo”.
En cuanto a lo que denominamos como “emociones superiores”, suelen ser expresadas y traducidas de muy variados modos y por supuesto, no nos parece legítimo inferir que existan traducciones que sean más ajustadas o precisas que otras.
En nuestro caso, las describimos al salir de ese estado y al rearticularse y recomponerse el Yo, con traducciones del tipo de: “fuimos invadidos por la fragancia del Deleite”, o “vivimos la magia de un Gozo sublime”.
Por otro lado, a estas comprensiones y a estas “emociones” que captamos como no originadas en lo sensorial y que vislumbramos como provenientes de “un plano más alto”, las ponderamos como un indicador, como la señal que nos indica que hemos llegado a este nuevo espacio, a esta “nueva casa”.
Pero aún nos queda trabajo por hacer. Porque hay algo mínimo que aún subsiste y que algo experimenta. Todavía queda algo inmóvil que contempla al Silencio.
Porque desde el punto de vista de silenciar toda actividad de conciencia, ese Uno que contempla, ese diluido y residual punto de mira, es un “ruido”.
Y a pesar de la belleza que se vive en esa situación interna, es necesario dar un paso más en la escalada ascendente. Necesitamos silenciarnos total y absolutamente.

Cap. 7 ­Más allá del Deleite

Ese Uno que algo contempla, felizmente no cuenta con capacidad operativa. Si la tuviera, es seguro que hemos perdido profundidad.
Ese Uno se encuentra en un espacio “inmaterial”, donde se dan intuiciones esenciales y donde se captan significados “sin palabras”.
Ese Uno, queda inmóvil y deslumbrado ante la profundidad del Silencio.
Ese Uno vive en la belleza y en el deleite, pero es necesario que pierda ese alimento y se esfume.
Ese Uno no puede hacer nada y es en ese Vacío donde irrumpe el Propósito para guiar el recorrido, que ya ha dejado de ser un recorrido.


Cap. 8 ­Los nuevos significados.

“Si se tiene una experiencia trascendente, cotidianamente actúa en copresencia, le da significado a muchas cosas. Se queda en copresencia; se da porque se ha tenido la experiencia. El “yo” funcionaría diferente si tengo esa experiencia en copresencia. Esa experiencia te marca“.

Es destacable observar que al lograrse la intuición directa o la entrada a lo Profundo, se produce un impacto notable en la propia vida y este impacto comienza a desarticular los significados y las viejas creencias que provienen del paisaje de formación.
Estos significados y estas creencias que, como sustrato, operaban copresentemente de modo continuo y que constituían el trasfondo central del paisaje de formación, comienzan a ser desplazadas por nuevas representaciones y resonancias que surgen a la luz de las evidencias del plano trascendental.
Y es gracias a estas evidencias, que vamos reconstruyendo el puente que nos conecta con aquello que está más allá de lo psíquico (más allá del ruido) y en este proceso de reconstrucción, comenzamos a vislumbrar la “esencia trascendental” que está presente en todo lo existente.
Y a partir de este momento del proceso, empiezan a irrumpir los nuevos significados que se expresan en los más diversos objetos de conciencia.
Estos nuevos significados, que se van configurando como el núcleo de un nuevo paisaje, aparecen a veces tímidamente, como breves atisbos o insinuaciones y en otras ocasiones se expresan de modo terminante, como un “vuelco” definitivo en el modo de apresar o ponderar un objeto.
Así, estos nuevos significados comienzan a influir y se expanden hacia diversos y singulares temas.
En nuestra experiencia los hemos observado actuando, por ejemplo, en el proceso de reordenamiento de las prioridades vitales, en una mayor frecuencia de conexión con los estados de “conciencia inspirada” y en la consolidación de un tono mental y afectivo diferente.


Octubre de 2011